Coincidiendo con el 15 aniversario de su fundación, la UJC celebra su III Congreso, que bajo el lema "Por una actitud Comunista en la construcción del Socialismo", sesionó en La Habana del 31 de marzo al 4 de abril de 1977.
Se convoca a la reunión a sólo un año y medio de la realización de un evento trascendental para el pueblo cubano: el Primer Congreso del PCC, y por tanto, en un período en que el cumplimiento de sus importantes acuerdos es objetivo central en todas las esferas de la vida política, social y económica de la nación.
La organización y la madurez política lograda por los jóvenes militantes quedó demostrada en el proceso orgánico previo al Congreso, que abarcó desde la base hasta las provincias y donde se celebraron las Asambleas de Balance, Renovación y/o Ratificación de Mandatos, caracterizadas, de forma general, por la calidad de los informes presentados y las valoraciones críticas que sobre el trabajo realizado.
A las 9:00 de la mañana del 31 de marzo de 1977, presidida por el Segundo Secretario del Comité Central del PCC, General de Ejército Raúl Castro, tuvo lugar en el teatro Carlos Marx, la sesión inaugural del III Congreso, con la asistencia de 1988 delegados acreditados y numerosos invitados nacionales y extranjeros.
Dos actos solemnes llenaron de emoción la primera jornada: la entrada al teatro de la bandera del Primer Congreso del Partido, escoltada por tres jóvenes destacados en el estudio, el trabajo y la defensa; y el pase de lista de los héroes de la Patria tras el toque de silencio, expresión del eterno agradecimiento de la nueva generación hacia quienes hicieron posible el presente de Cuba.
El informe de balance, cuya síntesis presentó Luis Orlando Domínguez, entonces Primer Secretario del Comité Nacional, recogió, de manera crítica, todo el trabajo desarrollado desde el II Congreso.
Incluyó el reconocimiento al esfuerzo desplegado por la juventud en la Revolución Educacional y Científico - Técnica; a su participación activa en pos del desarrollo económico y social y en las actividades de la defensa de la Patria; la positiva gestión con los pioneros, los avances en la vida interna de la Organización; así como el cumplimiento de los acuerdos y resoluciones del Segundo Congreso.
Se hizo una alerta para erradicar manifestaciones negativas que se presentaban entre algunos estudiantes, como la poca dedicación al estudio, el bajo aprovechamiento docente, las muestras de indisciplinas, la baja productividad, el despilfarro de materias primas y la despreocupación por la calidad de los productos o los servicios prestados o elaborados por algunos jóvenes obreros. Se hizo un llamado a la juventud a convertirse en abanderada del ahorro y la eficiencia.
También se analizó la organización del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes que tendría lugar en Cuba en el verano de 1978; y se valoró el fortalecimiento orgánico de la UJC y el desarrollo del sistema de emulación que, en su momento, desempeñó un positivo papel en el impulso de las tareas.
En el Plenario se escucharon los saludos de 24 representantes de organizaciones juveniles y de organismos internacionales y regionales invitados, expresión de los lazos de amistad que unen a nuestra juventud con otros pueblos del mundo.
Desde 1972, se habían triplicado los efectivos de la UJC los que, al momento de celebrarse el cónclave, ascendían a 385.464 militantes con una educación política e ideológica fortalecida. Para entonces se contaba con un sistema completo de escuelas de formación de cuadros y preparación política de la militancia articulado desde 1974. En septiembre de 1976, la Escuela Nacional de Cuadros de la UJC “Julio Antonio Mella” había iniciado el curso escolar en un nuevo edificio de La Habana del Este. Dichas instalaciones se comenzaron a construir en 1974 por la unidad 43521 del Ejército Juvenil del Trabajo. Los objetivos de este centro eran la superación escolar de los cuadros y militantes, la instrucción política, y el estudio y profundización en las normas que rigen la vida orgánica y el trabajo de la Organización.
Importantes resoluciones fueron aprobadas luego del trabajo de las comisiones encargadas de analizar los proyectos de tesis del III Congreso, sometidos con antelación a la consulta de todos los militantes, y en algunos casos, discutidas también con los CDR, bases campesinas y con los jóvenes trabajadores y estudiantes no militantes. Estos documentos, basados en la política trazada por el Primer Congreso del PCC para el trabajo con la niñez y la juventud, constituyeron lineamientos de extraordinaria importancia para el trabajo futuro.
El nuevo Comité Nacional electo en el cónclave, integrado por 105 miembros efectivos y 18 suplentes, ratificó a Luis Orlando Domínguez Muñiz -quien ya ocupaba el cargo desde 1973 cuando sustituyó a Jaime Crombet quien pasó al trabajo del Partido-y eligió a Manuel Villamar Cusido, como Primer y Segundo secretarios respectivamente.
Entre las resoluciones aprobadas en el evento, figuró la nueva estrategia de trabajo para el cumplimiento de la política de formación, selección, promoción y ubicación de los cuadros, y el impulso al crecimiento entre los jóvenes obreros.
- Resolución sobre los Estatutos de la UJC.
- Resolución sobre la tesis "La UJC, organización de la juventud avanzada y su trabajo con las masas juveniles".
- Resolución "La Juventud en la Defensa".
- Resolución sobre la tesis "La Revolución Educacional hacia escalones superiores de desarrollo".
- Resolución sobre la tesis "Cuba socialista, sede del XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes".
- Resolución sobre la tesis "La UPC, relevo de la UJC".
- Resolución "Bases del Código de la Niñez y la Juventud"
Resoluciones especiales:
- Resolución sobre el Informe de Balance del III Congreso.
- Resolución sobre los Órganos del Poder Popular.
- Resolución de apelaciones.
- Resolución sobre la actividad internacional de la UJC.
- Resolución de apoyo a las tareas económicas.
- Resolución sobre el reconocimiento a los que contribuyeron al desarrollo del III Congreso.
- Resolución sobre el sexagésimo aniversario del triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre.
También fue aprobada, de manera unánime, la Declaración Final del III Congreso, la cual subrayó el orgullo de los delegados cuando proclamaban “que la juventud cubana, dando muestras una vez más, de su profundo espíritu revolucionario e internacionalista, engrosó firme y decididamente las filas de combatientes que, en la misma trinchera, junto a las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola, defendieron el sagrado derecho del pueblo angolano a la libertad y a la independencia”. Asimismo, se reiteró la disposición de continuar cumpliendo el deber internacionalista en Angola.
Las conclusiones del Congreso estuvieron a cargo del General de Ejército Raúl Castro, Segundo Secretario del PCC, quien trasmitió la profunda gratitud del Comandante en Jefe Fidel Castro por el mensaje que se le envió a nombre de todos los delegados, a los países amigos donde se encontraba de visita.
Se refirió, además, a los avances de la Organización, hizo hincapié en la necesidad de mejorar la composición social de las filas, de priorizar el crecimiento entre los jóvenes obreros, de imprimir mayor atención a las evaluaciones de los militantes, a la educación laboral, y a aplicar creadoramente la política de cuadros aprobada en el Primer Congreso del Partido. Recalcó la importancia de la participación de la juventud en la construcción económica del país y su responsabilidad en la organización y desarrollo del XI Festival.
"[...] este Congreso renueva nuestra confianza en el futuro y nos infunde nuevas energías para seguir adelante", dijo durante su discurso.
Post Congreso
La nueva etapa de desarrollo que se abre tras la clausura del III Congreso - y como parte de sus acuerdos -, se inició con la revitalización del movimiento pioneril. A finales de 1977, la Unión de Pioneros de Cuba se transformó en la Organización de Pioneros “José Martí” (OPJM). La medida no representaba un simple cambio de nombre, sino que a partir de entonces en ella, además de los niños, se agruparían los adolescentes, incrementándose la complejidad de su trabajo y su alcance político.
Dos años más tarde, en correspondencia con las medidas antes adoptadas, la condición de pionero fue extendida hasta el noveno grado. Con la nueva estructura, se permanece en la organización en dos etapas diferentes de su vida: hasta cuarto grado, en la primera, como moncadista, y en la segunda, con dos niveles: de cuarto a sexto y de séptimo a noveno, como pionero José Martí.
En cuanto al movimiento estudiantil, se crearon las Brigadas Estudiantiles de Trabajo en el período Vacacional, mediante las cuales los jóvenes donan parte de sus vacaciones a las labores agrícolas y constituyen en esta etapa una fuerza productiva considerable y un medio importante de formación comunista.
Relacionado con los obreros, en 1981 se inició el movimiento de Iniciativas juveniles en la Producción y los Servicios, con el objetivo de garantizar el cumplimiento de los planes trazados por medio de esfuerzos adicionales. Este mismo año se creó el plan recreativo del Campismo Popular, el cual tuvo una gran aceptación por parte de la juventud y la población en general.
En cuanto a la actividad internacional, en esta etapa continuó siendo valiosa la ayuda brindada por nuestros jóvenes a otros países. Es válido destacar el trabajo desarrollado por los integrantes del Destacamento Pedagógico Internacionalista "Ernesto Che Guevara" y por los Contingentes de maestros primarios "Frank País" y "Augusto César Sandino".
En el verano de 1978, la UJC enfrentó la actividad de mayor envergadura e importancia asumida hasta entonces en el plano internacional: la celebración en la Ciudad de la Habana de Xl Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en el cual se venía trabajando por más de un año junto al Partido y la población en su conjunto. El encuentro juvenil sirvió para impulsar las tareas de la producción, los servicios, la defensa y el estudio, a la vez que constituyó una muestra del prestigio alcanzado por la Revolución y la juventud cubana en el mundo.
El Festival fue inaugurado el 28 de junio de 1978 en ceremonia presidida por Fidel y Raúl Castro. En la edición cubana participaron 18,500 jóvenes, procedentes de 145 países, en representación de alrededor de 2000 organizaciones juveniles. En La Habana laboró el Tribunal La Juventud Acusa al Imperialismo, al tiempo que se brindó apoyo a los pueblos de Puerto Rico, Vietnam, Chile, Palestina, Namibia, Zimbawe y África del Sur.
En el marco del encuentro juvenil internacional se proclamó en la escalinata del antiguo Presidio Modelo de Isla de Pinos, el 2 de agosto, el nuevo nombre del territorio: Isla de la Juventud. Se hacía en honor de los miles de adolescentes y jóvenes, que entre los años 60 y 70, marcharon desde los más diversos puntos de la nación a levantar esa región desbastada por un fenómeno natural y a transformarlo en una región de alto desarrollo.
El XI Festival fue un verdadero acontecimiento de masas que con alegría y laboriosidad hicieron una considerable contribución a la preparación y desarrollo de la festividad. Los jóvenes recogieron fondos, y prepararon valijas para congratular a los delegados.
Con el objetivo de contribuir al desarrollo económico del país y propiciar la educación laboral de la juventud, el movimiento estudiantil creó en 1979 las Brigadas de Estudiantiles de Trabajo (BET), con las que, a partir de entonces, miles de jóvenes han dedicado una parte de sus vacaciones a las labores agrícolas y la construcción de fortificaciones, entre otras actividades.
Fuentes:
“La Unión de Jóvenes Comunistas. Bosquejo Histórico 1962-2005”. Luis Gómez Suárez. Centro de Estudios Sobre la Juventud (CESJ). La Habana, 2004.
“La Unión de Jóvenes Comunistas, heredera y continuadora de las tradiciones de lucha de la juventud cubana”. Lourdes del Busto Martínez. Escuela Nacional de la UJC "Julio Antonio Mella". Material de apoyo a la docencia. La Habana, 2004.
